Emprender y ser mujer, abriendo caminos en tiempos difíciles.
Tal día como hoy, no podemos dejar pasar la oportunidad de recordar a una de las grandes protagonistas de la historia Hedy Lamarr.
Hedy, nacida en Viena en 1914, fue una actriz de renombre con una dilatada carrera cinematográfica que se remonta a las décadas desde los 30 hasta finales de los 50. Su impacto en el mundo del celuloide fue notable, ya que fue considerada “la mujer más hermosa de Europa” (Max Reinhardt), por ello sirvió de inspiración para que Blancanieves e incluso Catwoman adoptasen rasgos de su belleza.
Pero ésta no fue la contribución más grande de Hedy a la sociedad, también era una ingeniera brillante, profesión que ejerció con grandes dificultades ya que tuvo que lidiar con numerosos prejuicios al ser mujer, actriz e irrumpir en un mundo dominado por hombres, el académico.
Pero pese a las dificultades, desarrolló un sistema de comunicaciones “de salto de frecuencia” durante la Segunda Guerra Mundial, por las noches y en su tiempo libre, para que su madre pudiera viajar desde Londres a los EEUU, ya que dicho sistema podía servir para localizar y esquivar los navíos y aviones alemanes que asediaban Gran Bretaña. Es más, entregó la patente a los EEUU, pero no fue tomada en serio, alegando que su tecnología no era útil, no creían en su trabajo. Hay quien afirma que su invención podía haber acortado la guerra y salvado miles de vidas.
Juan Antonio