Los alumnos nos dicen que otro mundo es posible

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1 febrero 2018

Salesianos El Campello ha celebrado solemnemente el día de la fiesta escolar de san Juan Bosco, 31 de enero, con una gran participación de los alumnos, la implicación del claustro y de este equipo de personas que realizan la gran labor de organizar la economía, la acogida y mantener a punto todas las instalaciones de la casa.

El director, Paco Vázquez, ha presidido la Eucaristía de la mañana con los alumnos y también por la tarde, en la Parroquia San Juan Bosco, con la familia salesiana y amigos. El director ha destacado en los dos momentos de la homilía que Don Bosco está presente en nuestra casa, que hizo realidad aquel sueño de sus nueve años y que hoy nos invita a soñar -como él- en un mundo mejor como honrados ciudadanos y buenos cristianos.

Y no ha faltado una referencia concreta a la carta que el Rector Mayor, D. Ángel Fernández, acaba de dirigir a todos los jóvenes con motivo de la fiesta de nuestro padre, maestro y amigo:

[…] ”Y es por todo ello que me permito sugeriros, incluso pediros, jóvenes del ‘mundo salesiano’ y de cualquier otra realidad, que abráis vuestro corazón a Dios y que os dejéis sorprender por Él. Dejad que llegue a lo más profundo de vuestras vidas. Nunca os defraudará.

Y haced la experiencia del Encuentro con Él, y en todo lo posible orad, rezad.

¿Puede pedir esto el Rector Mayor a los jóvenes del mundo? Ciertamente. Y lo hago en nombre de Don Bosco, quien en la comunión con Dios os ama profundamente, y se lo pido con profundo convencimiento. Que no nos suceda lo que cuenta Edith Stein (filósofa del siglo XX, y hoy Santa), que hablando de sí misma en su adolescencia decía que “había perdido consciente y deliberadamente la costumbre de rezar”. Os invito, mis jóvenes queridos, a cuidar y fomentar esa experiencia vibrante que es la oración como diálogo con Dios. Y después seguid siendo generosos en vuestra vida, seguid ofreciendo vuestro tiempo y vuestras cualidades a otras muchas personas, seguid buscando el modo de crecer en vuestra vida interior y dejaos ayudar y acompañar por quienes puedan regalaros, porque antes lo han vivido, este don que es el estar abiertos a la escucha y con el corazón preparado para acoger lo que Dios, por medio de su Espíritu os susurre en lo profundo de vuestro ser”.