La emoción de salir a la calle, mirar al cielo, hacer una inspiración profunda para llenar los pulmones de aire fresco y limpio, hasta los topes, está siendo hoy domingo una experiencia que difícilmente olvidaremos.
A los quince días de la fiesta de Vigilia y la Resurrección, entre la noche del 11 y la madrugada del pasado día 12, nos encontramos ya en la tercera semana de Pascua con un evangelio que anima y da vida. Jesús sale al paso de aquellos dos discípulos que volvían a sus casas del pueblo de Emaús, y les cambia la vida.
A los cuarenta y tres días de haber empezado el confinamiento por el coronavirus, hoy, en este domingo tercero de Pascua, los niños y niñas han empezado a salir a la calle para dar un paseo al aire libre, durante una hora, acompañados por sus padres, tutores o familiares –estos, debidamente documentados-, y viven con emoción los sesenta minutos que permiten las autoridades.
Los menores de catorce años expresan sus emociones cuando sus padres les explican cómo tienen que salir a la calle, las precauciones que debemos tener y el protocolo a seguir durante la hora de paseo, rompiendo el confinamiento. Y una de las primeras cosas que hacen es llenar sus pulmones de aire puro y fresco mirando hacia arriba, al cielo.
El coronavirus llegó sin pedir permiso, sigue entre nosotros, ha venido a ocupar nuestras vidas, y, por si no fuera suficiente, también se ha preocupado de separarnos de nuestras familias, amigos, como si quisiera quitarnos de en medio.
Después de estos cuarenta y tres días de encierro en casa, cuando ya empieza a pesar el cansancio y el desánimo con más intensidad, nos llega esta bocanada de aire fresco de la calle y empezamos a ver la vida de otra manera, desde otra perspectiva.
Los discípulos de Emaús reconocieron al Señor por su gesto al partir el pan. Ojalá se nos distinga así a los seguidores de Jesús, sobre todo en estos momentos tan especiales de confinamiento por el coronavirus, cuidándonos los unos de los otros: “frente a los senderos de duda, cansancio y desánimo, Jesús nos propone caminar por los nuevos acontecimientos de la vida desde la mirada del amor de Dios. Dejémonos encontrar por Él”.
Feliz semana y los mejores deseos para un feliz descenso de la pandemia.