Fray Manuel Sordo, dominico, hace un comentario a la Palabra de Dios para esta fiesta de Todos los Santos, y nos propone para este día esta sencilla narración del escritor uruguayo, Eduardo Galeano, que ilumina este día de fiesta junto a las bienaventuranzas de Jesús en el evangelio de san Mateo. El texto dice así:

“Un hombre del pueblo de Negua, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. -El mundo es eso –reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.”

Jesús de Nazaret fue este fuego capaz de pegarlo a cuantos se acercaban a él, y es una invitación para cada uno de cuantos queremos que nuestro mundo sea cada día un poco mejor, más humano.

Con la fiesta de Todos los Santos cabe una felicitación para cada una y cada uno, que bien se puede celebrar con los típicos pastelitos de «huesitos de santos» en sus muchas formas de presentación pastelera. ¡Feliz día!