Nuestro hermano salesiano Guillem Tortosa i Oltra pasa unos días de descanso en la comunidad salesiana de El Campello.
Durante este fin de semana celebra su 36 años desde que tal día como hoy emprendió su viaje con destino a Touba (Malí). El evangelio de este domingo nos dice que “Jesús llamó aparte a los Doce y los envió de dos en dos a anunciar la Buena Noticia”. El mismo Guillem nos cuenta los grandes momentos de su vida como misionero.
- “El 10 de julio salimos de Marsella y llegamos a Ouagadougou (Uagadugu): Valerio Zudaire, Paco Silvestre y Guillem Tortosa. De allí llegamos a TUBA (Mali) el día 12. De allí Paco fue a Sikasso y Valerio a Bamako, comunidad que se abrió en septiembre de 1985.
- En 1998 Guillem fue enviado a Abidjan (Costa de Marfil) como secretario inspectorial. A los dos años y medio tuvo que ir a Cinkassé (norte de Togo) hasta 2002, que fue enviado a Tuba, como director.
- En 2008 fue enviado a Saint-Alexis, en Guinea-Conakry donde estuvo 2 años antes de regresar a Tuba en 2010. Estuvo allí hasta 2013, año en que fue llevado a El Campello, muy enfermo.
- En 2015-2016 fue enviado a Elche desde donde pudo regresar a Mali en 2016. Estuvo en Bamako, hasta 2019, cuando tuvo que abandonarlo a causa de la inseguridad creciente y fue enviado a Togo, al noviciado de Gbodjomé donde está actualmente.
- En todas partes he sido feliz con la gente. En la parroquia de Tuba, (grande como Luxemburgo, la gente es muy generosa y te da todo lo que tiene y aun lo que no tiene. En una de las fotos se ven las gallinas que me dieron una vez, colgadas del manillar de la moto. Cuando llegas a un pueblo, la gente está muy contenta y has de pasar el día con ellos. En los casi 25 años que pasé en Tuba hice muchos bautizos, bendije muchos matrimonios… Al final de mi estancia allí, ya teníamos una escuela, de segundo grado.
- En Gbodjomé está el noviciado de dos inspectorías. Este año, el próximo 16 de agosto harán la primera profesión 18 novicios.
- Igual que yo fui enviado, otros pueden serlo también. El Señor sigue llamando. Hace falta que nosotros respondamos a su llamada. Vocaciones no faltan, ni allí ni aquí.
Guillem nos invita, finalmente, a “seguir rezando para que los 36 años cumplidos se conviertan en más y sean fecundos”.